She will be your living end.
El sonido metalizado me distrae por momentos
pálida luz lunar, bañando tu cuerpoFrecuencias radiofónicas, cacofonías, piel de gallina y una amplia catedral cuidando, a mis órdenes, tus sueños más profundos.
Callo. Admiro el silencio. El viento azota mis mejillas y las enrojece, las lágrimas podrían ser témpanos de hielo en un día como este.
No sabes cuánto tiempo llevo esperando a que la última hoja caiga, dice el marinero con camisa blanca de cuello vuelto, dos milenios de oscuridad con luz artificial.
Estamos en Venecia. Estamos en la luna. Un apartamento y pedazos de paredes derrumbándose a nuestro alrededor.
Estás hecha de fibra de vidrio y bromuro,eres un fantasma que se pasea siempre cerca, lo suficiente para que no pueda ver más allá de la bruma.
Esa bruma. El parque empieza a oscurecer y las más negras aves alzan el vuelo en busca de almas perdidas.
¿Hemos estado aquí antes?
Me quedo quieta mientras sigues caminando, te pierdes en la espesa niebla en cuestión de segundos. Cuando acelero mi paso para alcanzarte, ya eres solo un vestigio de tí misma, de la luz que iluminaba todo tu ser.
Tus manos siguen frías, y las beso con dulzura recordando.

El pesar es profundo,pues jamás volverás de esa niebla,
el dolor es terrible,pues nadie conocerá nunca el secreto de esta caja de misterios que encierro cada noche, y escondo bajo llave, tratando de guardar en ella cada detalle, cada huella, cada evidencia, de que sí has pasado por aquí.
Solo tu tienes la otra parte del libro, con las palabras que me faltan para traer aquí la verdadera luz.
Pero ya nadie escribe con belas y plumas, y mi paloma mensajera, me temo, llegará tarde.
Os desafío, estrellas.
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